Permitidme antes de abordar el tema hacer una valoración personal: reconozco que no soy la persona más objetiva para escribir este artículo. Mi hermano vivió con esclerosis múltiple; en mi entorno más cercano hay un caso de Parkinson; en casa, de cinco que somos, cuatro necesitamos gafas; y por si fuera poco, llevo prácticamente toda mi vida profesional trabajando para personas con discapacidad. Seguramente por ello, la primera vez que oí que en una escuela algunos padres se habían quejado de que hubiera un compañero con discapacidad en el aula no me lo podía creer. Literalmente; creí que se trataba de un error. Entonces me di cuenta de dos cosas: de que nunca puedes esperar que los demás vean las cosas desde tu misma perspectiva, y de que quizás, éste no sea más que un problema de miedo a lo desconocido.
Y ahora, apelando más a la razón que a las emociones, explicaré porqué desde BJ apoyamos la inclusión dividiendo mis argumentos en tres partes:
… Pensando en el desarrollo integral de tu hij@
Gracias al hecho de tener un compañero con discapacidad, tu hijo/a podrá aprender que las personas somos diversas, que ha tenido mucha suerte y que está bien ser agradecido/a. Podrá darse cuenta de que las personas que tienen algunas dificultades evidentes, también tienen virtudes muy auténticas y que, simplemente, tal vez se tarda sólo un poco más en descubrirlas. Podrá aprender a desarrollar su paciencia y a ser amable, a aportar lo mejor de sí mismo, a ser tolerante y colaborativo/a.
No tendrá que esperar a ser adulto/a para encontrarse con la discapacidad, tendrá menos prejuicios y menos tendencia a la discriminación, y estará mejor preparado/a si un día la discapacidad llama a su puerta o a la de su entorno.
Podrá aprender a valorar a las personas por lo que son y no por lo que pueden hacer, será más tolerante con sus propias dificultades y descubrirá la importancia de la empatía.
A nivel personal, estará dotado de más herramientas y un mayor nivel de conciencia, que le permitirá dar el grado de importancia justa a cada circunstancia y relativizar los problemas.
… Pensando en el aprendizaje curricular de tu hijo/a
Tener un compañero con discapacidad hará que se implementen estrategias de enseñanza más avanzadas en el aula, que facilitarán el aprendizaje del currículum. Los educadores se enfrentarán a nuevos retos a los que dar respuestas creativas utilizando más vías sensoriales y nuevas metodologías para el aprendizaje, adquiriendo habilidades y competencias personales que de otro modo no suelen tratarse con tanto énfasis y que son requeridas en cualquier puesto de trabajo y cruciales para vivir en sociedad: autonomía, trabajo en equipo, comunicación, resolución de problemas, flexibilidad, desarrollo emocional, etc.
Sea cual sea su posible futuro oficio saldrá beneficiado: si tu hijo/a acaba siendo ingeniero/a, diseñará equipos más fáciles de utilizar; si acaba siendo abogado/a sabrá en qué consiste defender derechos; si acaba siendo médico, sabrá ver el lado humano de los pacientes; si es artista, sabrá mucho más de emociones; si es arquitecto/a, estará mejor preparado/a para hacer edificios públicos; si se dedica a la comunicación, habrá aprendido que todos los sentidos son importantes; si quiere ser astronauta, deportista o bombero/a, sabrá en qué consiste eso de superarse.
… Pensando en primera persona del plural
Tener un hijo con discapacidad no es algo que podamos elegir. Es un sorteo. ¿Por qué le toca a algunos y por qué no a otros? No se sabe. Por otra parte, ¿podemos estar 100% seguros de que ya no nos puede tocar? A aquellos que de repente se encuentran teniendo que acoger, amar o relacionarse con ese ‘invitado imprevisto’, como le llamaba mi hermano, les debemos todo nuestro cariño y todo nuestro apoyo. Ellos también quieren y merecen lo mejor para su hijo/a y tienen muchas batallas que luchar. No les hagamos sumar la pelea por nuestra intolerancia.
Como sociedad tenemos que dar una respuesta a esta realidad innegable, y la de la inclusión parece ser la que tiene más ventajas para todos. Alguien dijo una vez ‘Si quieres llegar rápido, camina solo; si quieres llegar lejos, camina en grupo’. Juntos, podemos llegar más lejos.
Borja, padre de tres hijas con compañeros de escuela diversos.
Contento de estrenar el apartado Inclusión de nuestro blog.
Borja Romero
Ingeniero técnico en Telecomunicaciones por la Universitat Politècnica de Catlunya, máster en Bioingeniería por la Fundación Politécnica de Cataluña y máster en Dirección General de Marketing por la ESADE Bussiness & Law School.
Director y cofundador de BJ Adaptaciones.
Leer sus artículos
qué bonitas palabras! No he podido resistirme como mamá de niña con discapacidad a compartirlo con los padres de su clase. Gracias por vuestro trabajo hacia nuestros niños y por intentar hacer un mundo donde la diversidad sea positiva y no un lastre como algunos nos hacen creer
Muchas gracias María José por leernos y compartir.
Muchas gracias por abordar este tema con tanto cariño.
Gracias Pilar
Simplemente gracias. Yo tb se de lo que hablas. Mi madre tiene esclerosis múltiple y mi hija tiene el síndrome de angelman. Al leer tu artículo he recordado lo que mi madre nos decía de mozuelas a mis hermanas y a mi «que menos mal que era ella la que tenía esa pequeña dificultad y no ninguna de nosotras», yo no la entendía hasta que llegó mi Ángel a mi vida. Tb os diré que ella ha estado en un cole inclusivo y en un instituto con aula específica pero tb inclusivo…y hoy cuando hacemos nuestro día a dia…la saludan chicos y chicas «normales» que han sido compañeros suyos en esos años,y no puedo evitar emocionarme pq creo que es verdad lo que tu tan bien has descrito. Gracias .
Muchas gracias a ti María por tus palabras y por compartir tu experiencia. Aún queda mucho, pero entre todos seguiremos avanzando.
Un saludo,
Borja Romero
Me parece que está genial tu reflexión. Con tu permiso la comparto… siempre citando la fuente.
Gracias
Muchos ánimos para seguir ideando mejoras en nuestro día a día.
Muchas gracias Nieves por tus palabras y por compartirlo.
Un saludo,
Borja Romero