De la ansiedad a la calma: transformando la espera prequirúrgica con tecnología multisensorial

La espera antes de una cirugía es un momento delicado. Las personas llegan con una mezcla de emociones: miedo, ansiedad, nervios, cansancio… y en ocasiones, también con dolor. A esto se suman la incertidumbre, el silencio incómodo y los pensamientos que no se detienen. Las emociones están a flor de piel y el cuerpo responde con tensión. Todo este malestar impacta negativamente en cómo se vive el proceso.

El entorno puede tener un impacto significativo en el proceso. Si el espacio es frío, impersonal o ruidoso, como suele suceder en los hospitales, el malestar se amplifica y la espera se vuelve aún más difícil. Frente a este escenario, muchos hospitales buscan nuevas formas de acompañar emocionalmente al paciente y hacer que ese momento sea más llevadero. Un gran aliado para lograrlo puede ser acondicionar el espacio: y, en particular, crear un entorno multisensorial diseñado con intención terapéutica y de cuidado emocional.

Es lo que hicieron en el Hôpital Privé du Confluent, en Nantes (Francia): transformó dos de sus salas de espera para cirugía ambulatoria en entornos multisensoriales.

Entornos que regulan y calman al paciente

El proyecto, desarrollado por nuestro partner ArchiZenco, tuvo un objetivo claro: convertir esos espacios en entornos multisensoriales que ayudaran a reducir la ansiedad, generar calma y mejorar el bienestar emocional de los pacientes antes de una intervención quirúrgica.

De este modo, el entorno acompaña al paciente y lo envuelve en un ambiente agradable, en lugar de generarle más estrés, ayudando a la persona a prepararse emocionalmente para lo que viene. No es lo mismo esperar en un espacio impersonal y distante que en uno que acoge, que invita a respirar y a reconectar con uno mismo.

Reducción de la ansiedad preoperatoria con tecnología multisensorial

El Hôpital Privé du Confluent (Nantes) incorporó nuestra tecnología multisensorial para convertir esos espacios en experiencias de regulación sensorial, consiguiendo así crear un ambiente que cuida, calma y acompaña en uno de los momentos más sensibles del proceso hospitalario. Con el fin de aliviar la carga emocional y ofrecer una experiencia más amable, optaron por:

Luz para la calma

Se sustituyó la iluminación blanca tan común del entorno hospitalario por una iluminación cálida y difusa, pensada para bajar el nivel de activación y reducir la sobrecarga sensorial. Esta luz más suave ayuda a crear una atmósfera tranquila, que invita al descanso y a la desconexión.

Romper con la frialdad

También se trabajó en la ambientación visual. Se reemplazaron los colores fríos o neutros por tonalidades suaves, y se incorporaron elementos decorativos cuidadosamente elegidos para transmitir cercanía, calidez y sensación de acogida. Cada detalle, desde las paredes hasta los materiales, fue pensado para romper con la frialdad habitual de estos espacios.

Uso terapéutico de la tecnología multisensorial

Se integraron dispositivos con tecnología multisensorial de Qinera, como el tubo de burbujas con luz y vibración propias, para generar un entorno envolvente y tranquilizador.

A través de estímulos visuales, sonoros y táctiles, se crean experiencias relajantes, diseñadas para disminuir la ansiedad, facilitar la regulación emocional y acompañar al paciente en un momento de alta sensibilidad. El resultado es un espacio que contribuye activamente al bienestar emocional de los pacientes.

El tubo de burbujas Luminea se convirtió en el eje visual y sensorial del espacio: sus luces suaves, el sonido del burbujeo y su movimiento constante invitan a centrar la mirada, respirar profundo y entrar en otro ritmo cardíaco. Con este elemento es posible crear ambientes donde la luz, la vibración, los reflejos y la interactividad abren un mundo de posibilidades.

¿Cómo es una sala multisensorial en un hospital?

Los entornos multisensoriales de Qinera son espacios donde la luz, el sonido, la vibración y otros estímulos se combinan de manera armónica para generar experiencias sensoriales controladas. Diseñados para ser accesibles y agradables, tanto física como cognitivamente, estos espacios invitan a conectar con uno mismo, regular las emociones y activar los sentidos de forma positiva.

Las salas multisensoriales pueden tener múltiples objetivos: terapéuticos, educativos, de desarrollo, de ocio o de bienestar. Gracias a elementos versátiles como el tubo de burbujas, la fibra óptica, la proyección de imágenes o la música envolvente, es posible crear ambientes adaptados a cada persona, cada momento y cada necesidad.

En el caso de los hospitales, una sala multisensorial puede estar:

• en un contexto de pre-cirugía, para reducir la ansiedad, generar calma y acompañar emocionalmente al paciente;
• en una sala de preparto, para ayudar a las madres a relajarse, respirar y transitar el proceso con mayor serenidad;
• en cualquier sala de espera, para hacer más llevadero el tiempo, y ofrecer contención emocional tanto a pacientes como a familiares;
• o incluso en una Unidad de Cuidados Intensivos, como es el caso del Hospital Universitario de Bellvitge, que incorporó 70 boxes multisensoriales en la UCI, con el objetivo de mejorar el ritmo circadiano del paciente, reducir la polifarmacia, aliviar el síndrome post-UCI, entre otras cosas, marcando un hito a nivel mundial. 

Este proyecto en Nantes refleja cómo, a través de una combinación de diseño y tecnología, es posible transformar entornos médicos fríos en lugares más humanos. Porque pequeños estímulos, como una luz cálida, una burbuja en movimiento o una melodía suave, pueden tener un impacto profundo en cómo una persona atraviesa ese momento de espera o cualquier otra situación sensible dentro de un hospital.

¿Quieres saber cómo quedaría un espacio multisensorial en tu centro de atención primaria u hospital? Escríbenos y uno de nuestros asesores expertos te acompañará y creará para ti un proyecto a medida.