Hoy queremos explicarte cómo las salas multisensoriales pueden ser un gran aliado a la hora de abordar la conducta y el bienestar. Nuestra terapeuta Bibiana Escribano, especialista en psicomotricidad, musicoterapia e integración sensorial, nos dio una buena muestra de ello a través del taller que impartió durante la pasada edición de nuestros Innovation Days (las antiguas Jornadas de Tecnología de Apoyo).
Las salas multisensoriales son un gran aliado para que el terapeuta trabaje la conducta, el estado emocional y el bienestar.
El taller abre con unas actividades dinámicas que la terapeuta Bibiana Escribano propone realizar al grupo para que, desde un enfoque vivencial en primera persona, los asistentes puedan situarse en el contexto y comprender el funcionamiento del taller antes siquiera de exponer los contenidos teóricos. Todos juntos, por grupos o por parejas, los participantes muestran ya desde un inicio su claro interés y sus preferencias en estímulos.
En primer lugar, Bibiana expone las claves del sistema nervioso central, hablando sobre el ánimo y la conducta y sobre cómo los terapeutas deben estar atentos a ello para proponer soluciones según la actitud del usuario. Por ejemplo: con una persona realmente apática, el terapeuta procurará activarla progresivamente proponiendo actividades acordes a sus preferencias sensoriales y su estado de activación.
Durante todo el taller, Bibi nos habla de la terapia basada en la evidencia y de cuán clave es para el usuario entender qué sucede a su alrededor y qué hace aquí. Para que el asistente del taller llegue a empatizar con ese usuario, nuestra terapeuta pone el siguiente simpático y gráfico ejemplo: “Imagínate que te encuentras de repente en el Tíbet, y te llevan a una sala llena de monjes con túnicas de colores y cabezas rapadas, y tú no sabes qué estás haciendo ahí. Enseguida esos monjes empiezan a bailar a tu alrededor, a tocarte la cabeza, gritar, y te hacen cosas que te resultan muy extrañas. ¿Cómo te sentirías? ¿Y si al sentirte agobiado salieras de la sala pero viniera un monje y te arrastrara otra vez hacia dentro? Seguramente esto agobiaría a cualquiera, y mucho.”
Observar adecuadamente es clave
Bibiana recuerda la importancia del sentido común y la observación para poder sacar conclusiones. Aconseja a los profesionales de las salas multisensoriales basarse en una observación sensorial para identificar a qué usuarios les gusta cada actividad y cómo esas actividades muchas veces determinan preferencias sensoriales.
Enseña unas fotos con diferentes actividades asociadas para que el asistente identifique y relacione los tipos de actividades con los distintos sistemas. “La montaña rusa estimula la vestibulación, si te gusta flotar en el agua probablemente buscas sentir la propiocepción, alguien que disfruta con el contacto, busca estímulos táctiles para ayudarle a calmarse, etc”.
Las terapias en salas multisensoriales están basadas en la evidencia, y nos otorgan muchos beneficios a la hora de trabajar el bienestar: aumentan las conductas prosociales, promueven un estado emocional positivo, disminuyen las conductas disruptivas, son una herramienta adecuada para la estimulación cognitiva, ayudan a mejorar habilidades motoras y funcionales entre muchas otras ventajas.
Estímulos excitadores o inhibidores
Nuestra terapeuta explica que los estímulos estarán clasificados característicamente como excitadores o inhibidores en función de su presentación, independientemente del sistema sensorial por el que entren, y hace mucho hincapié en que las personas necesitamos que nos acompañen, nos lean y nos observen en nuestro estado actual, para así guiarnos poco a poco y llevarnos gradualmente hacia el estado objetivo.
Con una ilustración que hace reír a la audiencia, Bibiana pone el ejemplo de cómo convencer a una amiga para que vaya contigo a un concierto si te encuentras que esa persona está relajada en un sofá y un poco triste: «Acompañándola en su camino interior, comprendiéndola y colocándote en el mismo escalón anímico que ella podrás poco a poco estirar su estado de ánimo y llevarla primero a levantarse del sofá después de haberla escuchado, después ayudarla a vestirse, y poco a poco sacarla de casa».
Finalmente, Bibiana habla en detalle de las cualidades de los estímulos (visual, sonido, tacto y vibración, propioceptivo, vestibular, …) y cómo dominarlos para causar el estado que deseamos en el usuario de la sala (cómo excitarle o cómo calmarle). Durante todo el taller, nuestra terapeuta deja que sean los asistentes quienes prueben estos estímulos gracias al material multisensorial, dejándoles sorprendidos.
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